Tengo pendiente estudiar la evolución..... Hoy empezamos por un articulo que informa sobre Darwin y sus cosas
La mayoría de las personas no ven a Charles Darwin como un psicólogo.
De hecho, su trabajo revolucionó este campo. Antes de Darwin, la
especulación filosófica definía nuestro entendimiento psicológico. No
obstante, incluso los grandes filósofos –Platón, Aristóteles, Hobbes,
Hume, Locke, Kant, Schopenhauer, Nietzsche, entre otros– podían
describir solamente los acontecimientos y conductas mentales corrientes,
pero no sus causas.
Darwin llegó a la importante conclusión de que la evolución ha
influenciado la configuración de nuestras mentes al mismo grado que la
configuración de nuestros cuerpos. Visto que los humanos evolucionaron
de los mismos ancestros primates que los chimpancés o gorilas modernos,
Darwin señaló que se podía obtener más información comparando los
instintos, emociones y conductas humanos con los de los animales, que
con la especulación subjetiva. Así pues, sostuvo que “quien comprenda al
mandril podrá hacer más por la metafísica que Locke.”
La filosofía no es adecuada para entender el origen de la psicología
humana porque la auto reflexión no nos hace conscientes de las fuerzas
que estimulan gran parte de nuestras reacciones hacia el medio ambiente.
En cambio, estamos sujetos a tendencias innatas, que se desarrollan
mediante fuerzas mutuamente influyentes de selección natural y sexual.
La selección natural es el proceso por el cual las variantes de una
especie que están mejor adaptadas para sobrevivir en su medio ambiente
ganan la carrera reproductiva –al menos hasta que aparece una variante
aun mejor adaptada de la especie. Las características que permiten a las
personas alimentarse y protegerse a sí mismos aumentan la probabilidad
de que vivirán el tiempo suficiente para producir descendencia, a la que
podrán alimentar y proteger hasta que haya madurado.
En cierto modo, la selección sexual es la extensión psicológica de la
selección natural. Pero, en lugar de obtener la ventaja de las
características que incrementan la habilidad de uno para sobrevivir, se
obtiene la ventaja de las cualidades que han evolucionado de las parejas
potenciales que se consideran atractivas.
Dado que las elecciones sexuales humanas determinan quién se
reproduce más, y a su vez, que características físicas y psicológicas se
favorecen en el tiempo, una característica que puede no ser útil a una
persona para sobrevivir puede de cualquier modo ser una ventaja
reproductiva que se transmite a la descendencia. En otras palabras, al
escoger una pareja, uno define el curso de la evolución.
Además, el principio de selección sexual supone que, además de
regular las funciones corporales, el sistema nervioso influye
indirectamente sobre el desarrollo progresivo de las estructuras físicas
y mentales, como los apéndices ornamentales; las capacidades
cognitivas, como las habilidades musicales; y características como el
valor y la perseverancia. Los pavos reales han evolucionado hasta tener
largas plumas de colores sencillamente porque a las hembras les resultan
atractivas.
Darwin explicaba que esas características se propagan y mejoran a
través de las generaciones mediante “el ejercicio de la elección, la
influencia del amor y los celos y la apreciación de la belleza en el
sonido, el color y la forma.” En efecto, mientras que la selección
natural es ciega, la selección sexual aprecia la belleza – aunque la
naturaleza de la belleza depende siempre de quien la mira.
Puesto que la psicología humana se ha desarrollado a través de un
equilibrio, a veces inestable, entre la selección natural y la selección
sexual, la evolución y la psicología tienen una influencia e
interacción mutuas. Entre las contribuciones de Darwin a la comprensión
de la psicología humana estaba el estudio minucioso del desarrollo
infantil, sobre el que escribió en 1877 en la obra “Apunte biográfico de
un niño.” Durante los tres primeros años de la vida de su primogénito,
William, Darwin lo observó con el ojo experto de un naturalista y
registró acontecimientos tan variados como su capacidad para seguir una
vela con su mirada y su primera manifestación de consciencia. Darwin
también fue un pionero de las herramientas experimentales para la
psicología científica, como el uso de fotografías de expresiones
faciales y los estudios para determinar el carácter universal de las
emociones del ser humano.
Incluso antes de identificar a la selección natural como el mecanismo
de la evolución, Darwin ya había realizado la mayoría de sus
descubrimientos psicológicos más importantes, pero esperó 35 años para
publicar sus resultados. Esta decisión puede atribuirse en parte a su
enfoque meticuloso para las investigaciones, que suponía reunir y
estudiar cuidadosamente las pruebas antes de presentar las teorías.
Sin embargo, Darwin también sabía que si él necesitaba tiempo para
aceptar sus propias conclusiones, el resto del mundo no estaba listo
para enfrentarse a una visión tan materialista de la humanidad. Rehuía
las inevitables confrontaciones con sus críticos, entre los que
figuraban amigos y colegas suyos.
Para cuando Darwin murió, sus ideas habían cobrado un peso importante
entre los psicólogos y los neurocientíficos – aunque ellos no siempre
se dieran cuenta. Sigmund Freud no conoció a Darwin, pero la mayoría de
sus mentores fueron darwinistas entusiastas. Del mismo modo en que Isaac
Newton revolucionó la astronomía y la física “apoyándose en los
hombros” de sus predecesores, Freud se basó en las ideas evolutivas de
Darwin para entender síntomas psicológicos, sueños, mitos, el arte, la
antropología y mucho más. El biógrafo de Freud, Ernest Jones, se
equivocó al llamarlo “el Darwin de la mente”. El propio Darwin fue el
Darwin de la mente. Freud fue su gran divulgador.
Desde la época de Darwin, la psicología académica se ha ampliado de
manera significativa y se ha enriquecido con las sofisticadas
herramientas de las ciencias cognitivas, la cibernética y las imágenes
del cerebro. Sin embargo, la mayoría de estas técnicas se derivan de las
ideas del gran modelo evolutivo de Darwin. Los fundamentos de nuestra
concepción de la naturaleza humana pueden encontrarse en las notas de
Darwin, escritas hace 175 años, antes de su trigésimo aniversario.
Allen Frances, professor of Psychiatry at Duke University,
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