
Las hormigas, a pesar del poco interés que suelen suscitar, tienen
una enorme importancia en los ecosistemas. Una de las especies más
extendidas, la hormiga argentina, causa graves problemas tanto en
entornos humanizados como en el medio natural.
En los tres últimos siglos se ha producido una explosión en la
dispersión de especies de hormigas plaga, principalmente por el
desarrollo de los transportes y la degradación del medio ambiente.
Muchas de estas invasiones han sido de poca importancia, con especies
que han ido sólo ligadas a medios humanizados, o que han sido capaces,
quizá después de un inicio más agresivo, de adaptarse a las comunidades.
Pero otras son o han sido invasiones más graves con eliminación de
especies nativas. Algunos ejemplos son: Solenpsis invicta, Monomorium
pharaonis, Wasmannia auropunctata o Linepithema humile (hormiga
argentina). Estas especies tienen una serie de características comunes
que favorecen su dispersión y asentamiento. Fuente (
Ecologistas en acción)
En la Península Ibérica, según un reciente estudio de Xavier
Espadaler (Universidad Autónoma de Barcelona) y Cedric Collingwood (City
Museum, GB-Leeds), hay unas 11 especies de hormigas no nativas. Algunas
de ellas aparentemente no causan problemas al hombre o a los
ecosistemas, mientras que otras, como por ejemplo la
hormiga argentina,
pueden ocasionar importantes daños.
Habitualmente el efecto más inmediato de estas hormigas plaga es el
desplazamiento de especies nativas. Pero, ¿qué interés puede tener la
desaparición de unas especies de hormigas, si después de todo van a ser
reemplazadas por otras?
Los formícidos en los ecosistemas
La importancia de las hormigas en los ecosistemas ha sido de sobra
reconocida. En primer lugar, están distribuidas prácticamente por todo
el mundo, los únicos lugares libres de hormigas nativas son la
Antártida, Islandia, Groenlandia y algunas remotas islas de los océanos
Atlántico e Índico. En segundo lugar, forman un grupo dominante en la
mayoría de los ecosistemas, tanto por la densidad de individuos, como
por la biomasa animal. En algunos bosques tropicales, pastizales, etc.
se ha calculado que más del 10% de la biomasa animal total la
constituyen las hormigas. Esto hace que su papel dentro de los
ecosistemas sea fundamental. Por ejemplo: en la mayoría de los hábitats
terrestres están entre los depredadores principales de otros
invertebrados; las hormigas cortadoras de hojas son los mayores
herbívoros de Centro y Sudamérica; en los desiertos las hormigas
granívoras compiten activamente con los mamíferos por las semillas; son
presas de muchos vertebrados y otros invertebrados; se estima que las
semillas de aproximadamente el 35% de plantas herbáceas son dispersadas
por hormigas; es el grupo que en mayor medida renueva el suelo, tanto
por la tierra que mueven como por proporcionarle gran cantidad de
nutrientes…
Cualquier tipo de afección sobre un ecosistema, incluida la
introducción de especies de hormigas exóticas, puede ocasionar
insospechadas alteraciones. En este caso, no sólo se deben temer los
efectos no calculados, sino que al conocer el papel que cumplen en los
ecosistemas muchas especies de hormigas, se puede llegar a intuir qué
sucederá tras su desaparición.
Pero, ¿cuáles son los senderos biológicos que proporcionaron el éxito
a las hormigas? Posiblemente el hecho de que fuera el primer grupo de
insectos depredadores sociales sobre la tierra. El comportamiento social
es raro en invertebrados, sólo aparece en algunos grupos de
himenópteros y en termitas. Las colonias hacen posible disfrutar de
muchas ventajas frente a los individuos solitarios, al permitir el
reparto de las tareas de la colonia o en la búsqueda y defensa de las
fuentes de alimento.
A pesar de su importancia, existe un gran desinterés por estos
animales en nuestras sociedades desarrolladas. Sin embargo, algunas
sociedades primitivas les prestan más atención. Los Yanomami (indígenas
del Orinoco y Amazonas) son cazadores-recolectores y poseen sólo los
rudimentos de una incipiente agricultura, sin embargo reconocen al menos
39 especies de hormigas, a pesar de que aparentemente no les dan ningún
uso. Los Yecuana, una sociedad también cazadora-recolectora aunque algo
más adelantados en agricultura, reconocen 36 especies de hormigas y
tienen al menos 18 usos médicos y leyendas míticas.
La hormiga argentina
La hormiga argentina (Linepithema humile) se está extendiendo por
todo el mundo, sobre todo por zonas de clima tipo mediterráneo
(principalmente entre 30-36º de latitud norte y sur), con primeras
fechas de detección, fuera de su Brasil de origen, a finales del siglo
XIX. En Europa, las primeras citas datan de 1904, y en España de 1923,
aludiendo a su carácter de plaga agrícola, ya que, aunque omnívora,
establece con frecuencia una relación simbiótica con pulgones y
cochinillas, de manera que se alimenta de su secreción y a cambio los
protegen de depredadores y parasitoides, con lo que las poblaciones de
estos insectos crecen de gran manera y causan problemas a los cultivos.
Se trata de una especie con individuos relativamente pequeños
(2,2-2,6 mm las obreras y 4,5-5 mm las reinas), pero fácilmente
localizable y reconocible por su color caramelo y las grandes colonias
que forma.
Esta especie causa problemas tanto en lugares humanizados como en
medios naturales. En el primer caso, la hormiga argentina se comporta
como plaga doméstica (sobre todo por atacar las despensas) o problema
sanitario, al haberse detectado que actúa como vector de microorganismos
patógenos en hospitales. También ocasiona daños en medios agrícolas,
por la relación antes descrita con pulgones y cochinillas.
Como plaga en ambientes naturales, altera de forma importante las
especies en los lugares que coloniza. Las primeras perjudicadas son las
otras hormigas, pero igualmente afecta al resto de la comunidad de
invertebrados y por consiguiente a los animales que se alimentan de
ellos. Por ejemplo, se ha encontrado una relación directa entre el
declive de unos lagartos de California (Phrynosoma coronatum), que se
alimentan de otras especies de hormigas, y la presencia de la hormiga
argentina. Por otra parte, también produce ataques directos a
vertebrados, especialmente a animales de movilidad limitada. Por
ejemplo, Miguel Delibes fue testigo en Doñana de cómo mataron y
devoraron a los pollos de un nido de golondrinas. Incluso existen
algunas antiguas dramáticas referencias de daños a niños en sus cunas.
Los efectos sobre la flora tienen lugar de diferentes formas. Por un
lado, por la relación que establece con pulgones y cochinillas que
perjudica a las plantas y, por otro, por perturbar y eliminar a
polinizadores y dispersores de semillas, con lo que se producen cambios
importantes en la comunidad vegetal. En Sudáfrica se ha encontrado que
la dispersión de las semillas de numerosas especies depende de la fauna
nativa de hormigas, por lo que tras la introducción de la hormiga
argentina se han producido extinciones locales de muchas de las plantas
como consecuencia del desplazamiento de los formícidos nativos.
Cómo llega una especie a convertirse en plaga
¿Qué factores son los que favorecen la dispersión y la colonización
de la hormiga argentina? Por un lado, al abandonar sus hábitats
naturales, dejan atrás parásitos y depredadores que ejercen un control
sobre sus poblaciones. Por otro lado, algunos aspectos de su propia
biología, similar a la de otros exitosos invasores, favorecen su
expansión y asentamiento. Así, presentan grandes colonias poligínicas y
policálicas (con numerosas reinas y nidos), con habituales intercambios
de obreras y reinas, y con posibilidades de cambiar fácilmente su
localización en respuesta de alteraciones ambientales. Muestran
reclutamiento en masa, es decir, cuando encuentran una fuente de
alimento, o alguna situación peligrosa, advierten de su presencia a
otras obreras de su colonia gracias a un eficiente sistema de
comunicación química, mediante feromonas. Las reinas son fecundadas en
el interior de los nidos, por lo que no presentan vuelos nupciales, sino
que se dispersan por gemación (una o más reinas se alejan unos metros
del nido junto con un grupo de obreras). Este sistema favorece la
formación de nuevas colonias puesto que las reinas cuentan desde el
principio con la ayuda de obreras, además de ahorrarse los peligrosos
vuelos nupciales.
Todas las características mencionadas anteriormente benefician a
dicha especie como colonizadora. Sin embargo, el gran éxito de la
hormiga argentina se achaca en primer lugar al hecho de que fuera de sus
lugares de origen no suele ser agresiva con individuos de su propia
especie. Este hecho ha sido atribuido por Neil Tsutsui y otros
investigadores de San Diego (California) a la pérdida de complejidad
genética de las colonias invasoras, por provenir la mayoría de ellas de
pocas colonias originales, aparentemente procedentes de la zona de
Rosario (Argentina). Esto haría que los individuos se reconozcan como
parientes y se facilitaría la unión de diferentes colonias que unirían
fuerzas.
La competencia entre colonias de la misma especie se muestra con
frecuencia como un fenómeno de importante peso a la hora del
mantenimiento de las comunidades de formícidos. Al competir las colonias
por los mismos recursos, llegando a establecerse cruentas batallas, se
limitan los tamaños que pueden alcanzar y se favorece la presencia de
otras especies. Este importante factor limitante no se encuentra en la
hormiga argentina invasora, la que forma grandes unicolonias con
territorios exclusivos. Incluso, en Europa recientemente se han expuesto
los resultados de un estudio genético y comportamental de las hormigas
argentinas a lo largo de las costas de Italia, Francia, España y
Portugal. Así, según un equipo internacional de investigadores,
encabezados por Laurent Keller de Suiza, no se encontraron agresiones
entre individuos de prácticamente todas las colonias estudiadas en esta
área, que por otro lado presentan grandes similitudes genéticas. Por
ello, las consideran como una gigantesca supercolonia que se extiende a
lo largo de 6.000 km de costa y que se compone de millones de
individuos. Se pueda hablar de una supercolonia de estas características
o no, el caso es que al entrar en contacto colonias de hormigas
argentinas cercanas, no suelen producirse agresiones, sino que fusionan
los territorios expulsando de ellos a las especies nativas.
Las grandes sociedades que constituyen las hormigas argentinas
presentan una alta demanda de recursos. Por otro lado, esta especie es
generalista en su alimentación. Por todo ello, entran en competencia con
un amplio rango de especies, lo que se conoce como “competencia
difusa”. A pesar del reconocido carácter invasor de la especie, las
referencias de su comportamiento en ambientes naturales son muy escasas,
prácticamente inexistentes en Europa.
La hormiga argentina en Doñana
En Doñana el citado desinterés del hombre moderno por los
invertebrados, como las hormigas, se refleja con claridad. Así, la
mayoría de los trabajos realizados en el Parque Nacional se han centrado
en algún grupo de vertebrados y muy escasos son los que tienen como
objetivo, por ejemplo, el estudio de los artrópodos a pesar de
constituir mayoría en cuanto a número de especies. Sin embargo, se
localizaron en el Parque algunos puntos fuertemente infestados por esta
especie, lo que llevó a un grupo de la Universidad de Córdoba, formado
por los Drs. Joaquín Reyes, Luis Arias de Reyna y la autora del presente
artículo, a plantear un trabajo en el que se determinaran: la
distribución de la especie por el Parque, las características de los
hábitats que ocupa y su relación con las especies nativas de formícidos.
Así, se han localizado hormigas argentinas principalmente en zonas
humanizadas, por ser el hombre su principal agente de dispersión, aunque
también se han introducido en ambientes relativamente alejados de la
influencia directa humana. Las poblaciones de hormiga argentina suelen
iniciar su colonización como plaga doméstica. Aquí crecen de forma
rápida y van introduciéndose en el terreno, hasta que se estabilizan
cuando se ven limitadas por las condiciones desfavorables del medio.
A medida que la población de hormiga argentina va creciendo, va
desplazando o eliminando en el Parque Nacional a las especies nativas de
formícidos, tanto las terrícolas como las arborícolas. La hormiga
argentina altera la densidad y también el comportamiento de las otras
especies en mayor o menor medida según su categoría en la jerarquía de
dominancia. De esta manera, eliminan en primer lugar a las especies
dominantes (aquellas agresivas, territoriales…) y toleran algún tiempo
más a las especies subordinadas (de comportamiento cauteloso, pequeñas
colonias…), como la endémica Cataglyphis floricola, aunque su
desaparición de lugares infestados es sólo cuestión de tiempo. En
distintos experimentos se encontró cómo la hormiga argentina es capaz de
desplazar o eliminar a las especies nativas gracias a fenómenos de
competencia, tanto por explotación (por ejemplo siendo muy tolerante a
los cambios de temperatura), como por interferencia, mostrándose muy
agresiva y poseyendo un elevado contingente de obreras, clave para su
dominancia.
Bibliografía
· CARPINTERO, S. 2001. Tesis doctoral: Repercusión de la hormiga
argentina (Linepithema humile) en el Parque Nacional de Doñana. Servicio
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· HÖLLDOBLER, B. & WILSON, E.O. 1996. Viaje a las hormigas. Una
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· VANDER MEER, R.K., JAFFE, K. & CEDENO, A., (eds.) 1990. Applied
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· WILLIAMS, D.F. (ed.). 1994. Exotic ants. Biology, impact, and control of introduced species. Westview Press, Oxford, 332 p.
* Artículo de Soledad Carpintero Ortega, Profesora asociada de la
Universidad Pablo de Olavide, Sevilla publicado en El Ecologista nº 33.