viernes, 20 de diciembre de 2013

Mente y mundo


El Cerebro Puede Ser "Mente" Sin El Cuerpo?
Una reflexión sobre como pensamos, las personas en general. Que es muy arduo por eso he buscado iluminarlo un poco con la ayuda Javier Sampedro. Publicado en el País.
" El cubo de Necker tiene dos posibles interpretaciones: un cubo visto desde arriba o desde abajo. Es condenadamente difícil ver las dos a la vez. Tú sabes que están allí, pero cuando miras el dibujo solo ves una de ellas, generalmente la vista desde arriba. Pero basta que mires el dibujo un buen rato para que el cubo flipe a su otra interpretación. Como sucede con la joven y la vieja, o con la vasija y los perfiles, la información que te entra desde los ojos es siempre la misma, pero alguna parte de tu cerebro —eso que tú llamas yo— está oscilando entre dos percepciones, entre dos estados de consciencia. Más aún: con un poco de práctica, puedes dar una orden voluntaria a tu córtex visual para que te presente una imagen o la otra. ¿Qué quiere decir esto?"
Que nuestras percepciones son subjetivas
"Como nuestro cuerpo es un objeto situado en el mundo físico, y como su geometría es coherente con las coordenadas del entorno —un delante, un detrás, dos lados con la simetría familiar de los espejos—, el homúnculo somatosensorial es en realidad un mapa del mundo. Representa la realidad tal y como la percibe el sentido del tacto, nuestro contacto físico con las cosas. Nuestra mente es en parte una colección de mapas interiores de ese tipo, aunque muchos no posean una topografía tan evidente como la del homúnculo, ni tan desagradable de observar. "
Los sentidos  nos ayudan a entender y representar el mundo
"Lo que tienen en común todos esos procesos, por todo lo que conocen hoy las neurociencias, es un mecanismo de abstracción progresiva."
" Aprender a leer aumenta literalmente la materia gris en las áreas fonológicas del córtex cerebral."
Ejercitar el cerebro lo mantiene vivo y lo mejora
¿Y dónde está el cubo de Necker? ¿Ahí fuera en el mundo físico? ¿O tan solo dentro de tu mente cansada? Vaya, eso es otro cubo de Necker."



 

Cerebro y magia

abracabadra 2011

A pesar de lo que muchos creen, el cerebro no está diseñado para centrarse en dos cosas al mismo tiempo, por lo que los magos se aprovechan de esto. Nuestro cerebro se centra en algo a partir de la teoría del movimiento, en la que la cosa importante es como si la iluminamos con un foco, y el resto lo dejáramos en oscuridad. Esto permite a los magos que lleven nuestra atención a un punto, y hagan otras cosas en el resto del campo, ya que para nuestro cerebro no está pasando nada.
También aprovechan el efecto desinformación, que significa que la información que se nos da después de un evento altera nuestra percepción del mismo, haciendo más posible realizar el truco completo.

En otros trucos, por su parte, se aprovecha el marco de memoria-predicción del cerebro, por el cual nuestra mente deja de prestar atención a algo si ya ha pasado otras veces y cree que va a volver a suceder así. Por ejemplo, si cubrimos una pelota con una taza, y luego sacamos la taza, lógicamente va a seguir la pelota ahí, pero si no lo vemos quedamos consternados.
Muchas veces se aprovechan del libre albedrío, haciéndonos elegir una carta “al azar” pero haciendo algún gesto físico o mental que nos hace elegir la carta que él quiere. Sin embargo, nuestro cerebro cree que, efectivamente, fue él quien eligió.
Uno de los trucos de magia más conocidos es el de la mujer partida al medio, y aunque es muy antiguo y todos sabemos que en verdad son dos mujeres, nuestro cerebro insiste en que es una. ¿Por qué? Porque le encanta la continuidad, por lo que si ve una cabeza y unas piernas, él imagina un torso sí o sí.
Por otra parte, nuestro cerebro está creado para no notar los pequeños cambios que no nos van a afectar en nada, algo muy aprovechado en los trucos de magia. Los magos también se aprovechan de la disonancia cognitiva, una excusa que tiene el cerebro para racionalizar lo que sucede incluso si va en contra de lo que pensamos o sentimos. Los magos presentan una realidad que es diferente a la que estamos acostumbrados, y en un punto el cerebro no puede racionalizar los eventos.

 Como-la-magia-engana-a-tu-cerebro-3.jpg
Nuestro cerebro está dividido en zonas, a grandes rasgos podemos decir que a cada una le corresponde una función vital diferente. La parte más grande e importante es la que se denomina cerebro fuerte, al cual le corresponden las funciones cognitivas superiores; al cerebelo le corresponden las funciones motoras, como la coordinación y el equilibrio; finalmente el tronco cerebral está más abocado a lo que son las funciones involuntarias, como la respiración. Para el funcionamiento normal de nuestro cuerpo es totalmente necesario que todas las partes, trabajen a la vez y por lo tanto no sólo un pequeño porcentaje. 

abra-big1

El Efecto Placebo

Entender el efecto placebo


Para muchos investigadores médicos y partidarios de la ciencia pocas cosas son igual de inquietantes que el efecto placebo. ¿Cómo puede una inerte píldora de azúcar tener valor terapéutico? Para tener la respuesta hay que entender el contexto en torno a tratamientos médicos –un marco en el que símbolos y rituales de los servicios de salud se combinan con las intensas reacciones emocionales que surgen en los encuentros entre pacientes y terapeutas. No se debe minimizar la importancia que tienen la confianza, la empatía, la esperanza, el temor, la inquietud y la incertidumbre ante el tratamiento terapéutico.

Al usar píldoras de azúcar, inyecciones de solución salina o incluso falsas cirugías, la investigación sobre el placebo separa la atención médica de los efectos directos de medicamentos o procedimientos genuinos. Investigaciones recientes sobre el efecto placebo han demostrado que el simple encuentro clínico –sin el suministro de ningún medicamento “real” – puede aliviar el dolor, mejorar el sueño, apaciguar la depresión y mejorar los síntomas de una amplia variedad de enfermedades, incluidos el síndrome de intestino irritable, el asma, la enfermedad de Parkinson, las patologías cardiacas y la migraña.
Los placebos influyen principalmente en la autovaloración del paciente. No pueden reducir los tumores, pero sí pueden ayudar a los pacientes a experimentar menos fatiga, náuseas, dolor y ansiedad, que están asociados al cáncer y su tratamiento. No pueden disminuir el colesterol o bajar la presión sanguínea alta, pero pueden cambiar el estado de ánimo o el dolor lo suficiente como, para promover conductas más saludables.

Los placebos pueden funcionar como los medicamentos, y el efecto placebo también puede hacerlos más efectivos. Investigaciones muestran que varios componentes del efecto placebo –por ejemplo, la parafernalia del tratamiento (píldoras e inyecciones) y la relación entre el paciente y el terapeuta– se pueden aumentar proporcionalmente de forma análoga a la dependencia de la dosis (entre mayor es la dosis mayor es el efecto).
En efecto, se ha mostrado que estos componentes estimulan la eficacia de muchos medicamentos potentes. Por ejemplo, cuando se administra la morfina mediante inyección frente al paciente su efecto es significativamente más fuerte que cuando se da vía intravenosa sin que el paciente lo sepa.
Hay muchos mecanismos psicosociales que están implicados en las respuestas al placebo.  Aumento de la esperanza, expectativas positivas y ansiedad reducida en conjunto pueden modificar “los estados mentales” que guían la forma en que los pacientes responden a sensaciones nocivas. Hay claras evidencias de que el apoyo y la empatía de un médico atento y considerado pueden mejorar los resultados clínicos. En efecto, se ha demostrado que los símbolos e indicios inconscientes del entorno  –la bata blanca o el título colgado en la pared– pueden “preparar” a un paciente para experimentar mejoría.
Hasta hace poco se pensaba que los efectos de las píldoras placebo dependían de que se ocultara o engañara sobre su uso. El paciente tenía que creer que el tratamiento era “real” para que funcionara el placebo. Sin embargo, nuevas investigaciones indican que hay potencial de mejora significativa clínica aunque se informe a los pacientes que están tomando una sustancia inactiva. Esto sugiere que la simple práctica de un ritual de tratamiento, como expectativas conscientes, tiene un impacto poderoso.
De hecho, el poder de la imaginación, parece tener una base neurobiológica. Las evidencias recientes muestran que cuando los placebos tienen efectos saludables es porque, al igual que los medicamentos activos, pasan por los mismos procesos neurológicos. Por ejemplo, cuando los pacientes experimentan alivio del dolor debido a los placebos, su cerebro libera opioides endógenos y/o canabinoides CB1 –que son los mecanismos que median cuando se alivia el dolor con la ingesta de tratamientos farmacéuticos.
Del mismo modo, estudios de neuroimágenes muestran que los tratamientos placebo activan estructuras del cerebro específicas como la corteza prefrontal y la corteza del cíngulo anterior rostral. Mediante experimentos realizados en pacientes con la enfermedad de Parkinson se ha mostrado que los tratamientos placebo liberan dopamina endógena en la región estriada del cerebro. Además, se han realizado proyectos piloto de investigación con resultados intrigantes, pues sugieren que puede haber factores genéticos que predisponen a uno a tener mejores respuestas al placebo.

Los efectos del placebo no siempre son benéficos. El efecto placebo tiene un lado oscuro llamado efecto nocebo. Aunque el placebo es biológicamente inerte, se calcula que un 26% de los pacientes tratados con placebo abandonan los ensayos clínicos luego de haber tenido efectos secundarios indeseables, que comúnmente son los mismos que los posibles efectos secundarios de los medicamentos que se están probando. Por ejemplo, en un ensayo de medicamento contra la migraña, si  el ingrediente activo es un anticonvulsivante, el efecto nocebo (el efecto secundario del placebo) tendrá una relación desproporcionada con la anorexia o memoria, pero si el ingrediente activo es un medicamento antiinflamatorio no esteroide, el efecto nocebo probablemente será como tener síntomas gastrointestinales y sed.
Esto  destaca la importancia de los efectos del placebo en la creación de nuevos medicamentos. Para aprobar  nuevos fármacos, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos exige dos ensayos clínicos aleatorios controlados, bien diseñados, en los que el medicamento muestre superioridad frente al tratamiento placebo. Sin embargo, la evidencia sugiere que para algunas enfermedades, los efectos del placebo han aumentado gradualmente en las últimas décadas. Esta “variación del placebo” plantea desafíos importantes para detectar las diferencias entre placebo y medicamentos.

Quizás tendemos a olvidar el enorme potencial curativo que puede surgir de una buena relación terapéutica. La investigación sobre placebo ha demostrado que el contexto en el que tiene lugar el tratamiento y la relación entre paciente y terapeuta tiene un enorme potencial para mejorar los resultados de salud.
Necesitamos saber más sobre el poder y limitaciones del efecto placebo. También tenemos que aprender cómo traducir este conocimiento científico en métodos éticos y efectivos que puedan usar los médicos para mejorar los resultados. Además, es indispensable conocer más acerca del efecto placebo en los ensayos clínicos. En resumen, tenemos que dejar de pensar en términos del “arte de la medicina” y empezar a explorar una nueva ciencia de curación.

Hormigas plagas


Las hormigas, a pesar del poco interés que suelen suscitar, tienen una enorme importancia en los ecosistemas. Una de las especies más extendidas, la hormiga argentina, causa graves problemas tanto en entornos humanizados como en el medio natural.
En los tres últimos siglos se ha producido una explosión en la dispersión de especies de hormigas plaga, principalmente por el desarrollo de los transportes y la degradación del medio ambiente. Muchas de estas invasiones han sido de poca importancia, con especies que han ido sólo ligadas a medios humanizados, o que han sido capaces, quizá después de un inicio más agresivo, de adaptarse a las comunidades. Pero otras son o han sido invasiones más graves con eliminación de especies nativas. Algunos ejemplos son: Solenpsis invicta, Monomorium pharaonis, Wasmannia auropunctata o Linepithema humile (hormiga argentina). Estas especies tienen una serie de características comunes que favorecen su dispersión y asentamiento. Fuente (Ecologistas en acción)

En la Península Ibérica, según un reciente estudio de Xavier Espadaler (Universidad Autónoma de Barcelona) y Cedric Collingwood (City Museum, GB-Leeds), hay unas 11 especies de hormigas no nativas. Algunas de ellas aparentemente no causan problemas al hombre o a los ecosistemas, mientras que otras, como por ejemplo la hormiga argentina, pueden ocasionar importantes daños.
Habitualmente el efecto más inmediato de estas hormigas plaga es el desplazamiento de especies nativas. Pero, ¿qué interés puede tener la desaparición de unas especies de hormigas, si después de todo van a ser reemplazadas por otras?


 Los formícidos en los ecosistemas
La importancia de las hormigas en los ecosistemas ha sido de sobra reconocida. En primer lugar, están distribuidas prácticamente por todo el mundo, los únicos lugares libres de hormigas nativas son la Antártida, Islandia, Groenlandia y algunas remotas islas de los océanos Atlántico e Índico. En segundo lugar, forman un grupo dominante en la mayoría de los ecosistemas, tanto por la densidad de individuos, como por la biomasa animal. En algunos bosques tropicales, pastizales, etc. se ha calculado que más del 10% de la biomasa animal total la constituyen las hormigas. Esto hace que su papel dentro de los ecosistemas sea fundamental. Por ejemplo: en la mayoría de los hábitats terrestres están entre los depredadores principales de otros invertebrados; las hormigas cortadoras de hojas son los mayores herbívoros de Centro y Sudamérica; en los desiertos las hormigas granívoras compiten activamente con los mamíferos por las semillas; son presas de muchos vertebrados y otros invertebrados; se estima que las semillas de aproximadamente el 35% de plantas herbáceas son dispersadas por hormigas; es el grupo que en mayor medida renueva el suelo, tanto por la tierra que mueven como por proporcionarle gran cantidad de nutrientes…
Cualquier tipo de afección sobre un ecosistema, incluida la introducción de especies de hormigas exóticas, puede ocasionar insospechadas alteraciones. En este caso, no sólo se deben temer los efectos no calculados, sino que al conocer el papel que cumplen en los ecosistemas muchas especies de hormigas, se puede llegar a intuir qué sucederá tras su desaparición.
Pero, ¿cuáles son los senderos biológicos que proporcionaron el éxito a las hormigas? Posiblemente el hecho de que fuera el primer grupo de insectos depredadores sociales sobre la tierra. El comportamiento social es raro en invertebrados, sólo aparece en algunos grupos de himenópteros y en termitas. Las colonias hacen posible disfrutar de muchas ventajas frente a los individuos solitarios, al permitir el reparto de las tareas de la colonia o en la búsqueda y defensa de las fuentes de alimento.
A pesar de su importancia, existe un gran desinterés por estos animales en nuestras sociedades desarrolladas. Sin embargo, algunas sociedades primitivas les prestan más atención. Los Yanomami (indígenas del Orinoco y Amazonas) son cazadores-recolectores y poseen sólo los rudimentos de una incipiente agricultura, sin embargo reconocen al menos 39 especies de hormigas, a pesar de que aparentemente no les dan ningún uso. Los Yecuana, una sociedad también cazadora-recolectora aunque algo más adelantados en agricultura, reconocen 36 especies de hormigas y tienen al menos 18 usos médicos y leyendas míticas.
tipos

La hormiga argentina
La hormiga argentina (Linepithema humile) se está extendiendo por todo el mundo, sobre todo por zonas de clima tipo mediterráneo (principalmente entre 30-36º de latitud norte y sur), con primeras fechas de detección, fuera de su Brasil de origen, a finales del siglo XIX. En Europa, las primeras citas datan de 1904, y en España de 1923, aludiendo a su carácter de plaga agrícola, ya que, aunque omnívora, establece con frecuencia una relación simbiótica con pulgones y cochinillas, de manera que se alimenta de su secreción y a cambio los protegen de depredadores y parasitoides, con lo que las poblaciones de estos insectos crecen de gran manera y causan problemas a los cultivos.
Se trata de una especie con individuos relativamente pequeños (2,2-2,6 mm las obreras y 4,5-5 mm las reinas), pero fácilmente localizable y reconocible por su color caramelo y las grandes colonias que forma.
Esta especie causa problemas tanto en lugares humanizados como en medios naturales. En el primer caso, la hormiga argentina se comporta como plaga doméstica (sobre todo por atacar las despensas) o problema sanitario, al haberse detectado que actúa como vector de microorganismos patógenos en hospitales. También ocasiona daños en medios agrícolas, por la relación antes descrita con pulgones y cochinillas.
Como plaga en ambientes naturales, altera de forma importante las especies en los lugares que coloniza. Las primeras perjudicadas son las otras hormigas, pero igualmente afecta al resto de la comunidad de invertebrados y por consiguiente a los animales que se alimentan de ellos. Por ejemplo, se ha encontrado una relación directa entre el declive de unos lagartos de California (Phrynosoma coronatum), que se alimentan de otras especies de hormigas, y la presencia de la hormiga argentina. Por otra parte, también produce ataques directos a vertebrados, especialmente a animales de movilidad limitada. Por ejemplo, Miguel Delibes fue testigo en Doñana de cómo mataron y devoraron a los pollos de un nido de golondrinas. Incluso existen algunas antiguas dramáticas referencias de daños a niños en sus cunas.
Los efectos sobre la flora tienen lugar de diferentes formas. Por un lado, por la relación que establece con pulgones y cochinillas que perjudica a las plantas y, por otro, por perturbar y eliminar a polinizadores y dispersores de semillas, con lo que se producen cambios importantes en la comunidad vegetal. En Sudáfrica se ha encontrado que la dispersión de las semillas de numerosas especies depende de la fauna nativa de hormigas, por lo que tras la introducción de la hormiga argentina se han producido extinciones locales de muchas de las plantas como consecuencia del desplazamiento de los formícidos nativos.


Cómo llega una especie a convertirse en plaga
¿Qué factores son los que favorecen la dispersión y la colonización de la hormiga argentina? Por un lado, al abandonar sus hábitats naturales, dejan atrás parásitos y depredadores que ejercen un control sobre sus poblaciones. Por otro lado, algunos aspectos de su propia biología, similar a la de otros exitosos invasores, favorecen su expansión y asentamiento. Así, presentan grandes colonias poligínicas y policálicas (con numerosas reinas y nidos), con habituales intercambios de obreras y reinas, y con posibilidades de cambiar fácilmente su localización en respuesta de alteraciones ambientales. Muestran reclutamiento en masa, es decir, cuando encuentran una fuente de alimento, o alguna situación peligrosa, advierten de su presencia a otras obreras de su colonia gracias a un eficiente sistema de comunicación química, mediante feromonas. Las reinas son fecundadas en el interior de los nidos, por lo que no presentan vuelos nupciales, sino que se dispersan por gemación (una o más reinas se alejan unos metros del nido junto con un grupo de obreras). Este sistema favorece la formación de nuevas colonias puesto que las reinas cuentan desde el principio con la ayuda de obreras, además de ahorrarse los peligrosos vuelos nupciales.
Todas las características mencionadas anteriormente benefician a dicha especie como colonizadora. Sin embargo, el gran éxito de la hormiga argentina se achaca en primer lugar al hecho de que fuera de sus lugares de origen no suele ser agresiva con individuos de su propia especie. Este hecho ha sido atribuido por Neil Tsutsui y otros investigadores de San Diego (California) a la pérdida de complejidad genética de las colonias invasoras, por provenir la mayoría de ellas de pocas colonias originales, aparentemente procedentes de la zona de Rosario (Argentina). Esto haría que los individuos se reconozcan como parientes y se facilitaría la unión de diferentes colonias que unirían fuerzas.
La competencia entre colonias de la misma especie se muestra con frecuencia como un fenómeno de importante peso a la hora del mantenimiento de las comunidades de formícidos. Al competir las colonias por los mismos recursos, llegando a establecerse cruentas batallas, se limitan los tamaños que pueden alcanzar y se favorece la presencia de otras especies. Este importante factor limitante no se encuentra en la hormiga argentina invasora, la que forma grandes unicolonias con territorios exclusivos. Incluso, en Europa recientemente se han expuesto los resultados de un estudio genético y comportamental de las hormigas argentinas a lo largo de las costas de Italia, Francia, España y Portugal. Así, según un equipo internacional de investigadores, encabezados por Laurent Keller de Suiza, no se encontraron agresiones entre individuos de prácticamente todas las colonias estudiadas en esta área, que por otro lado presentan grandes similitudes genéticas. Por ello, las consideran como una gigantesca supercolonia que se extiende a lo largo de 6.000 km de costa y que se compone de millones de individuos. Se pueda hablar de una supercolonia de estas características o no, el caso es que al entrar en contacto colonias de hormigas argentinas cercanas, no suelen producirse agresiones, sino que fusionan los territorios expulsando de ellos a las especies nativas.
Las grandes sociedades que constituyen las hormigas argentinas presentan una alta demanda de recursos. Por otro lado, esta especie es generalista en su alimentación. Por todo ello, entran en competencia con un amplio rango de especies, lo que se conoce como “competencia difusa”. A pesar del reconocido carácter invasor de la especie, las referencias de su comportamiento en ambientes naturales son muy escasas, prácticamente inexistentes en Europa.
La hormiga argentina en Doñana
En Doñana el citado desinterés del hombre moderno por los invertebrados, como las hormigas, se refleja con claridad. Así, la mayoría de los trabajos realizados en el Parque Nacional se han centrado en algún grupo de vertebrados y muy escasos son los que tienen como objetivo, por ejemplo, el estudio de los artrópodos a pesar de constituir mayoría en cuanto a número de especies. Sin embargo, se localizaron en el Parque algunos puntos fuertemente infestados por esta especie, lo que llevó a un grupo de la Universidad de Córdoba, formado por los Drs. Joaquín Reyes, Luis Arias de Reyna y la autora del presente artículo, a plantear un trabajo en el que se determinaran: la distribución de la especie por el Parque, las características de los hábitats que ocupa y su relación con las especies nativas de formícidos.
Así, se han localizado hormigas argentinas principalmente en zonas humanizadas, por ser el hombre su principal agente de dispersión, aunque también se han introducido en ambientes relativamente alejados de la influencia directa humana. Las poblaciones de hormiga argentina suelen iniciar su colonización como plaga doméstica. Aquí crecen de forma rápida y van introduciéndose en el terreno, hasta que se estabilizan cuando se ven limitadas por las condiciones desfavorables del medio.
A medida que la población de hormiga argentina va creciendo, va desplazando o eliminando en el Parque Nacional a las especies nativas de formícidos, tanto las terrícolas como las arborícolas. La hormiga argentina altera la densidad y también el comportamiento de las otras especies en mayor o menor medida según su categoría en la jerarquía de dominancia. De esta manera, eliminan en primer lugar a las especies dominantes (aquellas agresivas, territoriales…) y toleran algún tiempo más a las especies subordinadas (de comportamiento cauteloso, pequeñas colonias…), como la endémica Cataglyphis floricola, aunque su desaparición de lugares infestados es sólo cuestión de tiempo. En distintos experimentos se encontró cómo la hormiga argentina es capaz de desplazar o eliminar a las especies nativas gracias a fenómenos de competencia, tanto por explotación (por ejemplo siendo muy tolerante a los cambios de temperatura), como por interferencia, mostrándose muy agresiva y poseyendo un elevado contingente de obreras, clave para su dominancia.
Bibliografía
· CARPINTERO, S. 2001. Tesis doctoral: Repercusión de la hormiga argentina (Linepithema humile) en el Parque Nacional de Doñana. Servicio de Publicaciones, Universidad de Córdoba.
· DELIBES, M. 2001. Vida. La naturaleza en peligro. Ed. Temas de Hoy, S.A., (T.H.), Madrid, 317 p.
· HÖLLDOBLER, B. & WILSON, E.O. 1990. The ants. Springer-Verlag, Berlin.
· HÖLLDOBLER, B. & WILSON, E.O. 1996. Viaje a las hormigas. Una historia de exploración científica. Crítica (Grijalbo Mondadori), Barcelona.
· VANDER MEER, R.K., JAFFE, K. & CEDENO, A., (eds.) 1990. Applied Myrmecology. A world perspective. Westview Press, Boulder, CO.
· WILLIAMS, D.F. (ed.). 1994. Exotic ants. Biology, impact, and control of introduced species. Westview Press, Oxford, 332 p.
* Artículo de Soledad Carpintero Ortega, Profesora asociada de la Universidad Pablo de Olavide, Sevilla publicado en El Ecologista nº 33.